Islas volcánicas y mares que se vuelven piedra [MM]

En esta serie de entradas, comparto algunas cosas que aprendí y fuentes que utilicé para darle forma a En caso de avistar monstruos marinos (MM). Estas entradas pueden leerse independientemente del libro y están libres de spoilers. Gracias a La Vaquita por su gentil patrocinio.

La historia de MM no existe si no se habla de islas, mares y volcanes. Ese es el hábitat de los personajes; es un mundo fascinante pero potencialmente mortífero. Como otros aspectos insólitos del libro, este mundo está construido más sobre la realidad que sobre la ficción. Las siguientes son algunas de las fuentes (todas en inglés) que me ayudaron.

La isla que no prosperó

Primero, el cuento “Archipiélago”, de AC Tyllier. No tiene mucho que ver en los detalles, pero a grandes rasgos, este cuento trata sobre el abandono de una isla que alguna vez fue próspera.

¿La isla se está hundiendo o solo se esta moviendo?

En el libro, hay una hipótesis que dice que la isla de Colmenas no se está hundiendo, solo se está moviendo. Eso decía un artículo del 2012 sobre la isla de Kiribati, en el Océano Pacífico, “Kiribati moviéndose”. Quien escribe este artículo dice que el gobierno de Kiribati solo quiere aprovecharse y recibir más dinero con la excusa de relocalizar a sus habitantes, porque las islas en realidad “se adaptan” al nivel del mar. Se citan algunas fuentes legítimas sobre la ciencia de las islas, pero francamente, todo el artículo y los comentarios me suenan a negacionismo. Pero yo qué sé de estas cosas. Simplemente supuse que las mismas discusiones ocurrirían al hablar de la situación de Colmenas.

Otro grupo de islas que sí se están moviendo y que sí se van a hundir son las islas de Hawái. Pero eso será dentro de 80 millones de años:

A medida que esas islas se desvanecen una a una, se levantarán nuevos volcanes desde el lecho marino donde se encuentra ahora Hawái; y, en última instancia, estos volcanes también se moverán hacia el noroeste y se encogerán bajo las olas.

Por otro lado, el artículo sobre Kiribati también dice que las islas no pierden agua dulce a medida que se hunden. Pero este artículo de New Scientist indica lo contrario: las islas pierden agua dulce no solo porque les “entra” agua salada, sino porque el agua dulce es desplazada a la superficie y se evapora más rápido *emoji de calavera*.

Refugiados del cambio climático

La mayoría de gente que se va de Colmenas es catalogada como “refugiada del cambio climático”. Un artículo del 2016 señala que uno de los primeros grupos en esta categoría podría ser un pueblo originario de Canadá, los habitantes de la isla Lennox. Trataron de proteger sus costas con rocas pero finalmente se vieron en la necesidad de irse a otro lado.

Este artículo sobre el aumento del nivel del mar en las islas Marshall, también del 2016, me quedó resonando por mucho tiempo después de leerlo.

Hilda Heine inspecciona el último dique temporal que separa su propiedad de las olas. Ha sido derribado dos veces desde febrero por inundaciones y ella se preocupa por sus plantas que probablemente enfrentarán un final salado.

Heine era la presidenta de esa nación cuando se escribió este artículo.

“El número de personas que se va está aumentando”, dice Heine. “Vemos eso casi todos los días. Nos preocupa. Creo que, hasta cierto punto, hay personas que están pensando en el aumento del nivel del mar y quieren asegurarse de estar en tierra firme”.

En la historia de las islas Marshall entra en juego el cambio climático, pero también el legado del colonialismo y el intervencionismo de Estados Unidos. Este último administró las islas durante la Guerra Fría y experimentó con armas nucleares en la zona. Parte de este legado incluye pobreza y cáncer. A pesar de eso, la gente de estas islas intenta irse a Estados Unidos, que se ve como la “tierra prometida”.

La perspectiva de que el cambio climático acabe con lo que empezaron las bombas nucleares la llena de horror. “Cuando llegue el próximo levantamiento del mar y se lleve todas las cosechas y cosas de las casas de la gente, ¿entonces qué? (…) Vamos a hundirnos. El agua seguirá subiendo y no tendremos ningún otro lugar adonde ir”.

Las islas que nacen a causa de terremotos y volcanes

El comportamiento del volcán que apodamos La Ballena en el libro evoca a la isla Ferdinandea, una isla volcánica que se eleva sobre el nivel del mar cuando el volcán hace erupción:

La “aparición” más reciente de la isla ocurrió en julio de 1831, pero luego, en enero de 1832, la parte de la isla sobre el nivel del mar había sido completamente arrastrada nuevamente por el viento y las olas del mar Mediterráneo.

Prenda una velita para que algún día incluyan a MM en la entrada de Wikipedia de este volcán, en la sección “En la cultura popular”.

Luego están las islas que se forman a partir de una erupción o un terremoto. Por ejemplo, con el terremoto de 7.7 en Pakistán, el 24 de septiembre de 2013. Dos días después del terremoto, un satélite de la NASA detectó una “isla”, o más bien un “volcán de lodo”, que surgió del fondo del mar con el terremoto. Otro ejemplo ocurrió en el 2015, cuando se detectó una nueva isla en el Océano Pacífico, producto de la actividad del volcán submarino Hunga Tonga:

Los volcanes submarinos crean nuevas islas con bastante frecuencia. La mayoría se erosiona poco después de su formación, pero algunas logran ser permanentes. Uno de los ejemplos más recientes de una isla permanente causada por la erupción de un volcán submarino es una isla en Japón que comenzó a hacer erupción en 2013. La isla finalmente se unió a la isla volcánica más grande Nishino-shima.

Digo lo anterior para llegar al que es quizás mi dato favorito en el libro, y con ello termino esta entrada. En la historia de MM, se menciona el documental “El día que el mar se convirtió en piedra”. Esto es por un reporte de 2006: la tripulación de un yate observó el nacimiento de una isla a causa de una erupción volcánica submarina. Esta es una noticia que circula cada cierto tiempo, como si fuera una leyenda urbana, pero es cierto. El mar se cubrió de piedra volcánica:

El periódico/tabloide Daily Mail reportó esta noticia 10 años después(I): “Este es el asombroso momento en que los marineros presenciaron el nacimiento de una isla cuando un volcán submarino entró en erupción en medio del océano. La tripulación del yate Maiken navegaba por el Pacífico sur cerca de las islas Vava’u en Tonga cuando notaron que el agua en la distancia se había vuelto de un color extraño”.

Fredrik, miembro de la tripulación del Maiken, llevó un blog de este viaje. Ahí subió más fotografías de este evento, incluyendo algunas del volcán submarino haciendo erupción a la distancia. No estoy llorando, usted está llorando.

Islas volcánicas y mares que se vuelven piedra [MM]
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